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    El Otoño en Madrid es una invitación a bajar el ritmo y fijarse en los colores que, de pronto, lo tiñen todo. Noviembre es el mes perfecto para pasear sin prisas, sacar fotos increíbles y descubrir rincones verdes que quizá en verano pasaron desapercibidos.

    En esta guía encontrarás los mejores parques y jardines para vivir Madrid en otoño, con consejos de rutas, transporte, horarios aproximados y planes de ocio cercanos para que redondees la escapada.

     

    ¿Por qué noviembre es ideal para disfrutar del otoño madrileño?

    En noviembre el calor ya no aprieta, los atardeceres llegan antes y la ciudad se llena de aroma a castañas asadas, chocolate con churros y caldos reconfortantes después del paseo.

    El otoño madrileño tiene ese equilibrio: días luminosos, temperatura amable y menos aglomeraciones que en temporada alta. En resumen, la estación otoñal en Madrid regala paseos memorables.

     

    Parque de El Retiro

    Hablar del otoño en Madrid sin mencionar el Parque de El Retiro sería imposible. Es el alma verde de la ciudad, un lugar donde cada noviembre se repite el milagro de los colores.

    Caminar por el Paseo de las Estatuas, junto a la Puerta de Alcalá, es como entrar en un túnel de hojas crujientes que anuncian el cambio de estación.

    El Estanque Grande, con las barcas y el reflejo de los árboles sobre el agua, parece un cuadro impresionista.

    Y si sigues hasta el Palacio de Cristal, los tonos del otoño se mezclan con los reflejos del vidrio, creando una atmósfera mágica, casi cinematográfica.

    Es un lugar ideal para disfrutar a cualquier hora, aunque el amanecer y el atardecer tienen una luz que transforma el Retiro en un escenario de cuento.

    Si buscas el plan perfecto, lleva un café para llevar, pasea sin prisa y deja que el otoño madrileño te sorprenda en cada rincón.

    El Capricho: un secreto bien guardado

    A muchos madrileños todavía les sorprende que exista un sitio como El Parque de El Capricho. Está en la Alameda de Osuna, un poco más alejado del centro, y solo abre los fines de semana y festivos, pero merece la pena la visita.

    Este jardín tiene un aire romántico y tranquilo que se multiplica en otoño. Los senderos llenos de hojas, los pequeños templos, los puentes de piedra y los lagos crean un ambiente ideal para desconectar.

    Si te gusta la fotografía o simplemente quieres un plan relajado, este es tu sitio. Además, muy cerca está el Parque Juan Carlos I, así que puedes aprovechar para visitar los dos el mismo día.

    Casa de Campo: naturaleza a lo grande

    La Casa de Campo es el parque más grande de Madrid y en otoño se pone espectacular. Aquí el paisaje cambia totalmente: caminos amplios, montes suaves, vistas de la ciudad desde las colinas y muchas zonas donde perderse sin agobios.

    Puedes dar un paseo por el Lago de la Casa de Campo, alquilar una bici o incluso subir al Teleférico para ver desde arriba cómo el otoño cubre toda la ciudad. Si te apetece hacer algo más activo, hay rutas sencillas para caminar o correr entre pinos y encinas.

    Y lo mejor es que al terminar puedes tomarte una cerveza en las terrazas del lago con vistas al agua y al skyline madrileño.

     

    Parque del Oeste y Templo de Debod: el plan perfecto para la tarde

    Otro lugar ideal para disfrutar del otoño en Madrid es el Parque del Oeste, en la zona de Moncloa. Es uno de los más bonitos cuando llega noviembre.

    Desde aquí puedes caminar hasta el Templo de Debod, uno de los miradores más populares de la ciudad. Ver el atardecer desde allí es un clásico que no pasa de moda, y en otoño, con el cielo despejado y los árboles en tonos cálidos, el espectáculo es todavía mayor.

    Eso sí, llega con tiempo porque se llena. Llévate algo caliente para beber, busca un hueco en el muro y disfruta del atardecer más famoso de Madrid.

     

    Real Jardín Botánico: otoño con nombre y apellido

    Justo al lado del Museo del Prado está el Real Jardín Botánico, un pequeño oasis en pleno centro. Es uno de los mejores sitios para ver cómo cambia la vegetación en otoño: los ginkgos biloba, los arces japoneses o los castaños se tiñen de amarillo intenso y rojo fuego.

    Puedes recorrerlo en una hora y, después, aprovechar para dar una vuelta por el Paseo del Prado o tomar algo por el Barrio de las Letras.

    Es un plan tranquilo, ideal para una mañana de fin de semana o una escapada cultural entre semana.

     

    Madrid Río: naturaleza urbana junto al Manzanares

    Si prefieres algo más moderno y con ambiente, Madrid Río es la opción perfecta. Este parque lineal que recorre el cauce del río Manzanares tiene kilómetros de caminos para pasear, hacer deporte o montar en bici.

    En otoño, los árboles del paseo se vuelven dorados y las pasarelas de acero del Puente de Arganzuela o el Puente de Toledo ofrecen vistas muy fotogénicas. Es una forma diferente de disfrutar del Madrid en otoño, con la mezcla de ciudad y naturaleza en el mismo sitio.

    Al final del recorrido te espera Matadero Madrid, un espacio cultural donde siempre hay exposiciones, mercadillos y terrazas con buen ambiente. Es el broche perfecto para cerrar el día.

     

    Consejos para disfrutar el otoño madrileño

    El otoño en Madrid se vive mejor con calma. No tengas prisa, la ciudad invita a pasear, a detenerte, a mirar hacia arriba. Lleva calzado cómodo, ropa por capas y, si eres amante de la fotografía, no olvides tu cámara.

    Si llueve, no te desanimes. La lluvia realza los colores del suelo y de las hojas, y además deja los parques más tranquilos. Pasear bajo un paraguas por el Retiro o por el Botánico después de la lluvia es una experiencia que pocos disfrutan… y que merece la pena.

    Si estás planeando tus paseos otoñales por la ciudad, te vendrá genial conocer las mejores formas de desplazarte entre parques, barrios y zonas culturales. En nuestro artículo sobre cómo moverse por Madrid, te contamos todo lo que necesitas saber para moverte fácil, rápido y sin gastar de más.

     

    El Otoño en Madrid es más que una estación, es una forma de vivir la ciudad a otro ritmo. Los parques se llenan de color, las calles huelen a castañas y los cafés se convierten en refugios acogedores. Da igual si vienes por unos días o por unas semanas: cada rincón tiene algo distinto que ofrecerte.

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